A las 16:30 pusimos rumbo a Salamanca, para participar en la
procesión de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Perdón. Participando junta
a la banda de la Preciosísima Sangre de Valladolid, que también tocaba en dicha
procesión. De hecho ambas bandas llegamos a la par a Salamanca y ambas temíamos
que la lluvia volviera hacer acto de presencia, pues aunque las predicciones
eran halagüeñas, sobre la capital charra pasaban nubes constantemente.
Una vez llegamos al Convento de las RR.MM Bernardas, tocaba
cambiarse y abrigarse pues la temperatura era ya fría a las siete de la tarde.
A las ocho se puso en marcha la procesión, primero salió el paso Camino del
Calvario o Vía Crucis, cargado solo por costaleras y que era acompañado
musicalmente por la banda de la Sangre. Llamaba la atención que los penitentes
que participaban en el cortejo además de cargar la típica cruz, también
llevaban enormes cadenas en tobillos y una corona de espinas en su cabeza.
En torno a las 20:15 suena la Marcha Real interpretada por
nuestra banda, para la salida del titular de la hermandad, Nuestro Padre Jesús
del Perdón, que liberaba a un preso. La procesión discurrió a lo largo del
Camino de las Aguas el cual estaba abarrotado de público. Poco a poco el cielo
se iba oscureciendo hasta que apareció la temida agua a las 21:30, cuando el
desfile ya encaraba el Paseo de San Antonio.
Los cofrades se apresuraron a tapar el Cristo y la hermandad
se replegó, de forma que la cola se convirtió en la cabecera de la comitiva que
volvía al templo. Bajo la lluvia caminamos todos cofrades, bandas y costaleros
durante más de 10 minutos hasta llegar al Convento de las Bernardas, trayecto
que los costaleros del Cristo realizaron sin parar ni una vez. Al llegar Marcha
Real y fin de procesión, tristemente bastante antes de lo esperado.
Nuestro Domingo de Ramos había finalizado, corto, pero
intenso.
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